martes, 1 de enero de 2013

SUSANA RAMON NAVEA/ PEZ DE ORO

La medida de la fe
es ese pez de oro escurriéndose
de las manos.
Pero el oro precisa coraje
para recoger la antorcha y
seguir el camino.
Puesto que son débiles instantes
los que dura la claridad
y la claridad sólo se destina
para aquellos que han atravesado
los bosques escuchando los tambores
de las almas muertas y perdonadas
en todas las lunas
cuando la luna era el sendero único.
Las palabras, historia.
Y el silencio, piedad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario