La noche- oscura y fría- llegó
hilando su red, sobre el mortal
inconcluso en su tarea sin fin.
Llegó la noche, amigos,
cae derretida desde los tejados,
se mete debajo de las piedras
y en los párpados de las aves
vagabundas.
Se cuelga de los alambres
telefónicos,
se mete en el agua donde la mujer
lava ropa ajena,
y a mí, me mira desde todas partes,
por puertas y ventanas,
de este cuarto de hospital.
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