martes, 15 de enero de 2013

MARIA BARGETTO/ TIEMPOS ESCOGIDOS

Sobre mi cabeza navegan
las sepientes del invierno.
Una mancha de escarcha ha descendido
por las laderas de los vidrios.
Los tùneles de la noche sucumben
bajo el peso infinito
de los grandes silencios.
Y en este lugar del mundo
el mismo viento se ha llevado
la ùltima hoja
y la eterna rotativa de la noche
muele granizo en las pupilas
deslumbradas de los muertos.

Y yo debo aprender a permanecer
inmòvil
en medio de estos hombres
que mendigan
bajo las cùpilas de las mezquitas yertas.
Esperando que regrese el Tiempo
¡Ah, las nocturnas estaciones
del tiempo!
a levantar cenizas
en las ruinas de los templos.
Los cuervos duermen
sobre sus alas azules...
En los cuartos se tejen
sandalias de lumbre...
¡ Y yo tiemblo
por los grandes àrboles
que se han desnudado
para purificar al mundo
en las estrellas.

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