domingo, 13 de enero de 2013

MATIAS CARDAL/ DESPEDIDA PARA RAFAEL AMPUERO

Cuando Rafael Ampuero
empezò a morirse
en mitad del invierno
y las visceras se le llenaron de escarcha
y la boca de oscuro silencio
un pez de nieve
volaba sobre el agua
como un rayo vivo.
Habìa que ver como la sal filtraba
ese triste arco
de los huesos hondos
y còmo la xilografia de la sangre
era una bandera rota
en la espuma verde
de la lluvia.

Cuando Rafael Ampuero
repartìa su nocturno
corazòn isleño
bajo el cielo torturado de julio
toros furiosos
corneaban la isla de los lagartos.

Habia que oir la dentellada
terrible del averno
cerràndole los ojos al vino
cuando se fundaba
su muerte proletaria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario