sábado, 5 de enero de 2013

ROBINSON SAAVEDRA GOMEZ/ OFICIO DE CANTAR

A la sombra de estas canciones dejo mi corazòn.
Quiero que en ellas se inscriban las golondrinas
y lleguen mis amigos a recoger manzanas.

Mi corazòn tiene làmparas vivas que entregar,
canciones,
edificios para familias con numerosos hijos
y campanas y sueños.

Siempre tengo algo que ofrecer en mis canciones,
que recoger, que esparcir.
Lo importante es la actitud de aprender,
de sentirse multiplicado y dividido
en el pan, en las familias, en los amaneceres.

Aunque las estrellas han estado siempre
en nuestras manos y las mariposas
nunca han dejado de pertenecernos,
es la felicidad cotidiana la que buscamos,
la que nos ha sido arrebatada y la que debemos
reconquistar,
para que la tierra, el ser humano
recobren su ternura y su lumbre.

No es necesario huir, cerrar los ojos,
para apartarse de lo muerto,
de lo que inerte se amontona a nuestro
alrededor;
una canciòn adherida al amor,
a la vida trabajada por el amor,
bastan para sentirse seguro, para coger
el rastro de la luz.

Cantar es un oficio dulce como la vida.

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