sábado, 5 de enero de 2013

JOAQUIN MARTINEZ ARENAS/ CATORCE MONEDAS A UN PERRO

Pone mi perro gesto pensativo
cuando gime el reloj hora tras hora,
floreciendo distante y soñadora
dulzura de su tiempo fugitivo.

Vierte mi corazón un aire vivo
y la tristeza lenta que devora
las entrañas al ser que condecora
amor sobre caído sensitivo.

Y mi alma en vigilia silenciosa
arde ciega de luz en su sentir
como el sol en las manos de una rosa.

Buen hermano o amigo no te asombre
que si creo en tus ojos presentir
el dolor de ser perro y no ser hombre.

2 comentarios:

  1. Recién llego a este poeta chileno, de paso escribiendo sobre Carlos de Rokha. Gracias por publicar.

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  2. Esa poesía me la recitó para escribirla cuando acompañe al abuelo semanas antes de fallecer.

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