sábado, 5 de enero de 2013

SYLVIA MOORE/ LA SOLTERONA

Ollas de fierro enlozadi
con màs portillos que estrellas
colgaban del viejo rancho
de Juana Clorinda Neira.
Cuerpo huesudo, sin gracia,
cara cubierta de pecas
y en sus escasos cabellos
el sol hacia una hoguera.

Nadie por esos lugares
la habìa dado una suegra.
Siempre iba sola y callada
herida por la tristeza,
morando el amor de lejos
y con envidia a la higuera,
que da dos frutos por año,
y ella sigue tan soltera.

Cuando tarde regresaba
por la distante ladera,
con fervor iba rezando
que alguen fuera a darle suegra.
Pero siempre se volvìs
tan virgen como saliera.

El fuego de sus cabellos
recièn quemaban los treinta,
y ya en su rostro cobrizo
era anciana la tristeza.

Los martes bajaba al pueblo
con su vistosa pollera
y una blusa almidonada,
tan sòlo hinchada por fuera,
Iba a vender amasijos
y cacharritos de greda.

Ningùn mozo la miraba
ni para hacerle la venia.
Allì nadìe la querìa;
hija de gringo y chilena
decìan de que esta junta
sòlo creciàn malezas
y que llevaba el infierno
ardiendo en su cabellera.

La pobre Juana Clorinda,
contra sus ganas soltera,
deseaba a los afuerinos
que llegaron por la siega.
Ella tenia esperanzas,
pues èstos nada desdeñan
de que tal vez una noche,
camino por la ladera,
alguno la harìa suya
sin pasarla por la iglesia.


El tiempo se ha dilatado
sigue la moza soltera,
sin haber cambiado en nada
de cuando al mundo viniera.
Nadie a la Juana Clorinda
en el camino la acecha;
una nostalgia de besos
enciende su cabellera.

2 comentarios:

  1. Qué fantástica poeta fue Sylvia Moore!! Me encanta "La Solterona"
    cuánto oficio, compasión y conocimiento de lugares rústicos tenía esta mujer....quisiera saber más de ella...pero no encuentro nada

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  2. Entiendo que era su pseudónimo... ¿Alquián por acá sabe cómo se llamaba realmente?

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