De luces ciega, de ideas trasnochada,
la hipnosis de los círculos, la quimera del agua,
profusión de los árboles en atmósferas vagas,
cosas que amó, personas que la amaban.
Las noches se prendieron en su mente y la mía,
las bengalas lanzadas al paso de la vida
y devueltas al rumbo como estrellas quemadas.
Cuántas noches llegamos a encontrarnos de lejos
reflejados de amor en la ciudad vacía
y en los parques blanqueados de insomnes luminarias.
No quisiera saber de qué modo perdida
queda ahora de mí en íntima distancia
entre árboles ajenos e incomprensibles días
flotando en las orillas de la luz de su lámpara
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