Trizan mi soledad ciegas estatuas
y es mi cuerpo ceniza dibujada.
Es mi sangre una fuga de campanas.
Y en el ojo sin ojo yo me sueño,
en el labio sin labio está mi beso,
en la mano sin mano yo me encuentro.
Y abrazando las plazas y las calles
de esta muerte sin muerte que me invade,
llegan tus pasos demasiado tarde.
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