martes, 1 de enero de 2013

MARIA DE LA LUZ MAUREL WILLSON/ BUDA

Enmarañado por los enjambres
de murmullos astrales
los velos del odio terrenal
soplando en su propio rostro.
Cansado de la calma del sol
de los destructores del alma
pidió que los planetas
sollozaran lluvias metálicas.
Cercenaran los árboles voraces
y se hundieran los templos
de ámbar que amurallaban
el amor.
Y el Buda se paró para siempre.

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