Al fin, la blanca y tímida alborada
anuncia al sol con un ligero ruido
de agitación liviana y rumorosa
por suave y fresca brisa provocada,
que va por todas partes despertando
a la yerba menuda y olorosa
que envuelve con su manto la pradera,
al árbol cuya verde cabellera
mece con delicado movimiento,
al insecto que en roja enredadera
hurta la miel del cáliz soñoliento,
al ave oculta en el caliente nido
que lanza al aire nota melodiosa,
al huemul a alza su cabeza […]
de caprichosas crines adornada,
y a un tiempo poniendo en cada cosa
o el color o el perfume o el sonido
sobre una onda inmensa y armoniosa
donde todo se junta refundido
súmase en himno que se eleva y canta
al astro rey que en la elevada cumbre
y entre rosado incienso se levanta
apuntando a la tierra en viva lumbre.
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