viernes, 11 de enero de 2013

CARLOS SILVA CRUZ/ ERATO

Orfebre sin igual, Naturaleza
las luces de una estrella pensativa
-glauco zafir sobre amatista
alza en la tarde que a morir empieza.
Vaporosa y sutil, la noche alada
abre su manto azul sobre la tierra;
recógese la luz; la sombra avanza
gigante y negra; cuanto el mundo encierra
acá abajo, sumérgese en la nada;
solo la estrella brilla en lontananza!
¿Solo ella? –No! Que en su reflejo suave
al bajar a la tierra enciende en ella
la luz de una mirada pura y bella;
y es tal la poesía que, azulada
nimba esos lindos ojos que no sabe,
alta el alma y así como extasiada
¡si es más dulce la estrella o la mirada!.

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