viernes, 4 de enero de 2013

GUILLERMO MUÑOZ MEDINA/ PERSPECTIVA

El sendero está húmedo y los campos dormidos
y en la luz soñolienta e indecisa del día
palideces enfermas y oros desvanecidos
destejen sollozantes efectos de elegía.

Sin embargo, sigamos, que al final del camino
una casita humilde y hermosa nos espera:
se abatirá en su ambiente nuestro contrario Sino
y habrá para nosotros calor de Primavera.

Después el aguacero deshilará su hastío
sobre el agonizante desmayo de las cosas,
y nuestra casa, en medio del vendaval y el frío,
tendrá el prestigio alegre de un búcaro de rosas.

Y'luego, cuando al piano, sentada dulcemente,
latir hagas el alma de Mendelshon, mi vida
será la del que, errando por entre flores, siente
que ya cerró el abismo sangrante de su herida!

¿Cesó la lluvia? Entonces saldremos de aventura
y, al viento destrenzado nuestro placer, seremos
dos notas temblorosas de intensa partitura,
que ríen mientras lloran de amor los crisantemos...

Yo tendré Primavera donde te encuentres. Tienes
virtud de estrella, de angel, de ruiseñor ... La pena
que ciñe una corona de espinas a mis sienes
me nimbará a tu lado con hojas de azucena!

La tapia derruída y escuetos los rosales ...
será el paisaje un vaso de gris melancolía;
pero ante la victoria de nuestros ideales
reventará en sonrisas su pálida armonía

Nuestra casita blanca nos abrirá sus puertas
y en plena soledad, cantando locamente,
llenaremos de Estío sus oquedades muertas
y el dolor de la tierra mojada e inclemente.


Y aunquè la azul y opaca tristeza de estas horas,
tratará de embriagarnos con la hiel de su vino,
seremos dos rosadas y esplendidas auroras
sobre el recogimiento brumoso del camino! ...



































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