Ando sobre tu cuerpo, bajo tu cuerpo,
subo como una serpiente, abres los brazos,
tienes los labios entreabiertos.
Veo en tus rodillas estellas de cuarzo,
y en tu mirada los continentes del mundo
y una raya verde que me moviliza.
Ando sobre tu cuerpo y adivino el futuro
de tu perfil de muerte. Me muero al instante.
Te muerdo sombrìa y ansìo la vigilia eterna
de tu voluntad y celo sobre mis huesos blancos
mientras te espero al otro lado
de la luminosa puerta de salida.
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