viernes, 4 de enero de 2013

ARMANDO CARRILLO RUEDAS/ GESTACIÒN

Sentí que me envolvía la onda de su aliento
y el cálido contacto de sus muslos en flor.
Me vi reproducido más allá del momento
y devolví anhelante sus dádivas de amor.

Oración sin palabras. Me la concedió plena
de virtudes el goce del fecundo querer.
Creí sentir mi sangre circular por sus venas
y ver que en sus pupilas retoñaba mi sér.

Y unimos nuestros labios hasta dejar el alma
y cerramos los ojos como para morir ...
Hubo un segundo ... un siglo de fervorosa calma.
La gestación solemne del que habrá de venir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario