viernes, 4 de enero de 2013

ANDRES RECASENS SALVO/ CINCO NOCTURNOS (FRAGMENTO)

I

Desde mi noche, tibio alero de las sombras,
Los veo a salvo,
Perseverantes,
Siempre en el medio, sin desgarros ni delirios;
Formal cortejo
Sujeto al siete
En cábala sin fin la esfera recorriendo.


Mientras yo, terco asido a rocas desprendidas,
Las manos dentro,
En las entrañas,
Buscando angustiado una imagen fugitiva;
En tanto falta
De aliento lenta
Va agrietándose la coraza en que me guardo.


Un viento ajeno
Entre sus alas
Ciegas trae susurros de nostalgias muertas,
Sus ecos caen
Sobre mi frente
Con el poder que da el tiempo a la fina gota
De horadar rocas,

Igual mi cuerpo
Por un vértigo abatido de sones y olas;
Vence al silencio
La pesadumbre
De un ronco fagot e inicio el regreso al yermo
Que abandonara
Mi sentimiento.



Aquí de nuevo;
Y en un instante
La esperanza rota al pie de insalvables muros.

Punzante acero!
Soberbia erguida

De espaldas a la luz, inerte masa helada!
Espacio atado!
Huida al viento

La risa muerta en noche estéril continuada!
Sueños mezquinos
De coros mudos...,
Los deseos atrapados como si fuesen
Gaviotas presas
En los sargazos.


La brisa plañidera que del sol la muerte
Va pregonando,
Cesó su duelo
Al oír mi queja de no encontrar la esencia
Que compartiera,
Por un instante,
La soledad de mi espíritu dolorido.


Entonces solo, qué importa si errado, el rostro
Aprisa envuelto,
Los pies heridos
Descansando en la sangre seca de un suspiro
Desvanecido,
Junto al perfume
De una rosa muerta en el hueco de mi mano.

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