sábado, 5 de enero de 2013

ALFREDO IRISARRI/ DETENIAS LA FORMA DEL SUEÑO Y EL VIENTO

Detenias la forma del sueño y el viento.
Dabas un sentido de dicha a las flores del vino.
Tù, oh arrobadora de mis cisnes o los muercièlagos.
Eras el sueño con que se bañan de tarde los besos.
Las copas espumosas de tu juventud colmaban àngeles
y en paisaje desbordante de tus manos de puro arroyo
y en la tranquilidad de lana de tus labios y de tus pechos,
agitaban de làgrimas los espejos sin fondo.
...¡oh, el arroz mùsical de los pastores perdidos!...

Si quieres las novelas de mis miradas,
dime cuanto bosque se arraiga en tus ojos
cùanta mùsica de fragancia sòlida
de risas en la frente de mi piel que irradia sombras,

Yo velaba tus làmparas diciendo si eras mìa,
tenoas algo del mensaje que siempre me busco
y que el mar lo trae encima de sus ovejas.
De tu cabellera se llevaba a chorros la luz de tus mejillas
como las letras de mi lengua
como alcanzando los dardos de lo que no era sino un jazmìn
llorando como los rosarios.

Eras el momento de alas
que salpicaban mi mùsica.
Era la fiebre en hojas de mi deseo como el papel
que de cabellos muere.
Si quieres darme el pan para que lo saboree el niño
dame las barcas que se alejan hacia mi corazòn.
Te cimbraràs de ocasos o de tardes sin vestidos.
Y cubre mis silencios de humo.
Rodèame hasta que espiguen las risas y canten las puertas,
despidas los relàmpagos por la ventana.

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