miércoles, 2 de enero de 2013

SERGIO MACIAS/ IMAGEN

Salì de una aldea cercada por el trigo y la lluvia,
adonde volverè un dìa,
aunque sea por debajo de las piedras,
para quebrar mi imagen en los espejos
de las vertientes de Cautin.

Entonces, ya no leerè a Sartre,
estarè olvidado de las palabras.

Y Dios serà un gran girasol
preocupado de mis probres huesos.

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