sábado, 12 de enero de 2013

SERGIO ESCOBAR/ CIRIONAUTA

"Sentido no heredado, el cirio
arma las sienes en peldaños (a fuego lento)".
Abandonò la toalla del rostro. Saliò
a trotecitos cortos.
Atravès de la ducha (venciendo los hilos
del agua) el vecino dihjo: "Insoportable.
¿No tienes suficiente con la higiene?
Le viò regresar, fijar la cansada
y propia imagen en el descomunal espejo.
"Siempre -respondia-se entremezclan
espejos (caoa el agua por su cuerpo atento)
y el timbalero afanoso, acodado
en el corazòn (a rojo vivo)
en cenizas agota su tiempo".
Cerrò la llave. El silencio del agua
y algunas ùltimas gotas de su nuca
derrumbàndose, gritò, humedecido hasta los huesos:
"Quieres terminar de una vez? ¿Nuevamente
pretendes empezar con que somos
invitados de la llama aùn inèditos?".

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