Negado, rupestre bisabuelo perdido,
sumergido eslabòn, voz sepultada
en el lenguaje tutelar de tus chillidos;
antiguo morador de la espesura,
venerable señor de la hondonada
mira este desnudo renegado simio
aprisionado entre cucharas
entre taxis, sostenes, lavadoras,
entre bacinicas y jabones.
Ahogado en Martinis.
Viajando en motoneta, en subte,
en aviones a chorro; sudando coca cola;
comprando licuadoras, pick-up, encendedores,
acciones, baby-doll, marihuana;
comiendo pizza, hot-dog y macarrones.
Mìralo parapetado en las esquinas
eludiendo las balas, las bombas, la guerrilla;
esconderse en los cines,
refugiarse en los drive-in, en el Rotary Club
y en el leonismo.
Mono, antepasado mìo, ante tì, yo renuncio.
Renuncio a Heidegger, a Theilhard de Chardin, a Max Scheler;
renuncio a Bardot, a la Taylor, a la Sofìa Loren;
abjuro de Hesse, de Thomas Mann, de Vargas Llosa,
reniego del champagne, del Viking I y el helado de fresa.
Quiero brincar entre las ramas,
chillarle al viento y a la luna nueva,
comer bànanas, perseguir mosquitos,
rascarme el piojillo y pelarme el trasero.
Mono, extièndeme los brazos y reclina
en tu velludo pecho mi cabeza:
quiero ser el hijo pròdigo que vuelve
al ancestral amparo de tu selva.
Gracias por publicar algo de mi padre. Tienen más escritos de él?
ResponderEliminarSaludos,
Roberto Pino N.
Roberto yo hice una reseña de tu padre en el libro: Visiòn Personal De la LiteraturaCuricana" (2018) necesito más datos
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