miércoles, 2 de enero de 2013

NEFTALÌ AGRELLA/ ROSA

Vierte la rosa su genuina llama
con traje de azàfran, cual dama antigua.
En realidad es la graciosa dama
que se pone antifaz de niña ambigua.

Su opalescencia de carmìn se inflama
en la hora al crepùsculo contigua,
cuando el amante certifica que ama
con sus pètalos en forma exigua.

Pronto la muerte de la rosa es pura
en su rincòn anònimo: se agota
cual perfume por una trizadura
o cual licor celeste, gota a gota.

Cuando el dardo invisible al fin la mata,
el corset de sus pètalos desata...

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