Soñè mi vida, pero esta niña no la soñè.
Soñè con el cardo ardiente de tu amor.
Tu pecho ancho gritaba
a mi pequeño corazòn
a travès del ambiente delgado de las tardes,
a travès del ambiente cobalto de las noches.
Mi cuerpo crecia y se formaba
para el hueco de tu corazòn.
Mis venas esperaban tu latido.
Pero el pasto humilde de mi vida
no alcanzaba a soñarte, hija mia.
Y hoy te tengo aqui,
apegada a la fuente de mi pecho;
tu manita me palpa
y es màs ponderada que la dulzura
de una flor sobre mi seno.
La bellotita fina de tu cabeza morena
se revuelve en mi pecho
y se me lleva mi vida glotonamente.
Y yo me embriago dentro de mi,
me embriago y me pongo a cantar a mi niña.
Y tù nos miras, nos miras
y nos cubres con la mirada tierna
de tus ojos obscuros
que nos sonrien hermosamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario