miércoles, 2 de enero de 2013

LITA GUTIERREZ/ RIADA

La lluvia
desbordando los ríos,
arrasando puentes,
cubriendo los caminos,
volteando las hojas y los niños,
abrazando raíces
aferrada a la tierra
y al renacimiento.
Con relámpagos, truenos
y remolinos azota las ventanas y las puertas
y sacude los árboles derribando a los más débiles.
El aguacero descargando
su nacimiento
y su agonía
en la quinta.
Torrentes de lluvia
persiguiendo otros cauces
bajo el agua.
En la espesura de los matorrales
se cobijan
viejos leñadores.
Al filo de la medianoche
afuerinos extraviados
chorreantes de lluvia,
entre el torbellino del viento,
del río y de los bosques,
al compás de la noche
y los caballos,
cantan, cantan.
El jazmín
por la tormenta estremecido
se arroja doliente,
hasta su sueño,,
y en un carruaje hasta el país de las flores
te conduce,
un príncipe,
un palacio,
un jazmín y una tormenta de amor
en primavera.

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