viernes, 4 de enero de 2013

FEDERICO GONZÀLEZ/ MAR ADENTRO

Adornada de blancos azahares,
se columpia en las ondas la Barquilla.
Los Amantes, en busca de otros lares.
muy pronto en ella dejaràn la orilla.
Cielo azul. Mar tranquilo. Suave ambiente.

Sobre la proa, la ballesta armada,
Cupido, malicioso y sonriente
aguarda a la pareja enamorada.
Mientras él la recibe placentero
y le brinda magnífico hospedaje,
el Destino, que sirve de barquero,
viejo lobo de mar, apresta el viaje.

Y henchida al viento la gallarda vela,
la Barquilla, al País de la Fortuna,
en pos dejando relnciente estela,
parte, bajo los rayos de la Luna.
Y se aleja y se aleja la Barquilla ...

Cediendo de su amor a los excesos,
los Amantes se estrechan ... A la orilla
llega el cálido ruido de sus besos.
-¡Buen viaje! Procurad tiernos Amantes,
halagar a Cupido y al Barquero,
Las costas que buscáis están distantes
y el mar es peligroso y traicionero ...


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