martes, 1 de enero de 2013

ENRIQUE VILLABLANCA/ RATAS

Ratas roen
mis nudos capitales
que desatará la muerte ratonera
¡Qué temprano acuden los buitres a devorarme!
A sosegar mi pie todavía callejero.
Mi mano no merece llamarse izquierda,
porque no cabe en los puntos cardinales.

Hortensias funerarias, cielo vinagre,
corren por mi río que corre por túneles amargos.

Detén, rata, tu obra roedora.
Carne soy. Ni tuyo ni mío.
Sólo del viento que tiembla en los rosales.

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