Somos un reguero de vìsperas amargas,
una oscura voz brotada en desconcierto;
el ìndice cìego de las mudas preguntas,
el umbral seguro por donde penetran las muertes...
Somos la pluralidad embutida en el zapato,
el presente de sal que nos abandonò la muerte;
el hilado triste de una noche de verano,
la làstima infinita,
los ùnicos desviados,
los oscuros relegados
de la jerarquìa celeste.
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