El volcán
con sus ángeles blancos
decora el cielo oscuro.
Es un balcón de luz
que señala las cosas
con una lividez de mundo muerto.
Abajo la pradera solitaria.
La oscuridad y el llanto.
Busco un refugio, una voz
que quiebre el silencio helado.
Estrellas inmóviles
en el firmamento
y en el pecho lloran
pétalos de sangre.
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