lunes, 7 de enero de 2013

DIVEL MERSÀN/ NADA

A Juan Olivares V.

El mundo va subiendo
a un rincòn de sombras que reserva el cielo,
y el embrujo antiguo
me ofrece la magia
que bebe en las horas de metamorfosis
el lirico anhelo.

Risueñas figuras que graban el cielo
me ofrecen visiones de fuego y de nieve:
telar caprichoso tejiendo un encanto...

Pero el alma duerme.

No turba su sueño:
ni el ave que marca su obscura figura;
ni el mundo que sigue su paso cansado;
ni el regio abanico de luces y sombras.

Se llena la tarde
de mi alma y de nada

Se acogen trinando las alas inquietas
al blando refugio del càlido nido,

y llega al oido
la ronca balada
lejana del grillo.

Domina la sombra y su imperio flotante

traduce el ensueño,
la prosa intangible
del ùltimo invierno.

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