sábado, 12 de enero de 2013

DINA AMPUERO GALLARDO/ CUANDO NADA SE PIDE

Nada he pedido y todo se me ha dado:
una luna en la orilla vestida de amatista,
una leve nostalgia de busqueda inconclusa,
un suspiro constante de vuelos invisibles,
un murmullo vertiente adherido al silencio,
un pequeño arco iris pegado a la retina.

Nada pido porque todo lo tengo:
una palabra eterna, donde nacen los sueños,
una sed de infinitos, indòmita y continua,
un aire de luz fràgil donde siempre respiro,
una leve conciencia del ser y del no ser.
Nada exigo a la rosa, tan sòlo florecer.

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