jueves, 27 de diciembre de 2012

ALBERTO BAEZA FLORES/ LUMBRE SECRETA

Un silencio de rosas te perfumaba el pelo,
la sombra de la ausencia movía los rosales,
una sonrisa ardiente iba quemando el alma.
Las islas cambiaban sueños en la noche,
el amor regalaba sus nobres a las cosas.
Olvidar era un poco aprender a morir.
Ausencias y ciudades continuaban
uniéndome en el sueño,
volvía la ola a relatarme tu infancia,
pero el tiempo había encanecido de pronto
y sólo era posible escuchar una lluvia invisible
en la última galería del corazón.

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