jueves, 27 de diciembre de 2012

EMILIO CARVAJAL EDWARDS/ MAREJADA DE FUEGO

Pampa nortina.
Jadeo de las nubes.
Orquestación de telúricas raíces.
Ojos que sangran y manos que se secan.
Lenguaje enardecido de los puños.
Lagar de estrellas y esqueletos rotos.

Cuenca repleta de temblor y espanto.
Quiero que tus arenas me devoren
para que este canto medular se haga una llama
y suelte al viento su penacho ardiendo
como bandera rasgada entre los rajos.

Quiero que se endurezcan mis pupilas
con el rugido sediento de la piedra.

Quiero que se impregnen mis retinas
de chuca, costra, arena y camanchaca.

Yo le pido a la pampa que me abrase
que calcine mi huesa y la confunda
con el amargo relámpago del viento.

Quiero quedarme en mi pampa calichera
como un espantapájaro de huesos
-parado entre los rajos y hecho harapos-
para seguir gritándole a los tiempos
esta marejada de fuego y de canciones.

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