sábado, 29 de diciembre de 2012

CARLOS SANDER/ CANTO INMÒVIL

Vienes radiante de los hondos lagos
y tu ancha puerta se abre hacia el ocaso;
presiento tus silencios vesperales
en las pupilas de mi denso mundo.

He oido tu voz y la sè suave,
he mirado tus ojos y los siento
junto a la rueca de mi gris camino.
Eres la flor surgida entre los trigos
y el manantial que ruega en la alborada.
Ardes de soles y pampas anchas
y en tu cuerpo se originan sinfonias
de tiempos misteriosos y lejanos.

Fui màs silente que los dìas pròfugos,
en mi se organizaban los dolores,
por mi cuerpo subian los corales
haciendo metal recio de mis voces.

No me tendràs junto al jardin inmòvil
que preside tus sueños de infinito,
pero cuando los astros màs lejanos
besen las pàginas de tu cabellera,
me sentiràs como un murmullo lento
o como un ruido de aguas campesinas.

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