domingo, 30 de diciembre de 2012

JORGE ONFRAY/ COMIENZA EL SOLILOQUIO

El corazòn
finalmente se descubre en la sed de su propio verano.
De si
se aparta el corazòn y se contempla.
Sabe
èl sabe que ya es tarde:
a los seres que, huyèndolo, aùn lo habitan
èl ya no habla
ni siquiera hablando està de los seres.
No han huido pero estàn huyendo.
que es peor, y èl no los cree ratas siquiera,
que mejor seria, ni sièntese
siquiera barco en zozobra.
Habla de sì.
Es un poco imposible, mas haablaria si pudiese
de corazòn.

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