viernes, 28 de diciembre de 2012

CARLOS POBLETE/ FULGOR DEL HOMBRE

Desnudo estoy, desnudo y mal herido.
Sobre mi corazón rebota el mundo.
Pero mi otoño viene florecido.
Presiento ya su palpitar profundo.
Ando por mis raíces de centella,
buscando deshacer un largo encanto.
La vida es bella, inmunda, pero bella,
inmundamente bella hasta el espanto.

Vivo de pan. Me rasgo las entrañas
para vivir. Mi llanto es mi bebida.
Vivo de luz, de cosas harto extrañas:
de cuidar una rosa, de acariciar la vida.
Espero hallar en mi, la luz del hombre,
rayo y fulgor que crucen mi costado.
El que mire a mi alma no se asombre:
¡en ella estoy como un jazmín airado!

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