jueves, 27 de diciembre de 2012

JUANA BAUDOIN MADRID/ VALPARAISO

La luna es apenas una alucinación de luz
el sol con un chillido de fuego
se ha ahogado detrás del puerto,
entre los mástiles y los ponchos de humo negro,
de las chimeneas de los barcos.

Camino por Plaza Echaurren,
donde se disputan, en las sombras,
a cuchillo,
el amor y la felicidad.
El rescate está en las ventanas altas
allí se golpean como espuelas de plata
los sueños,
una resolana de olvido y alegría.

Ellas abren sus brazos y su cuerpo,
el cóndor de desplegando el risco,
hermoso centelleando la sombra oscura
de sus alas.
El ultraje es el tiempo.
La noche se alarga en un serpentín mohoso,
pero,
de oro y rosa luce el salón,
los espejos y los homosexuales
tienen monturas orientales.

¡Emborráchate, rico!
¡Emborráchate, pobre!
¡Emborráchate, inútil!,
mientras el mundo se mueve.
Es tu morada de ilusión.
Mañana el sol se paseará por la plaza,
entre las palomas, que comen de las manos,
de los viejos ruinosos,
desprenden migajas,
como flores de azahar,
mañana, ¿qué importa mañana?
Entre el sopor y el recuerdo,
cruzarás la ciudad, que empieza otra vez
igual,
entonces, ¿para qué?
Siempre habrá mañanas.

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