martes, 25 de diciembre de 2012

CARLOS BARELLA/ EL SUICIDIO DE LAS ROSAS

Estaban entreabiertas sobre el piano
simbolizando la melancolia...
La helènica blancura de una mano
se preocupaba de ellas cada dìa.

Y las ponìa al sol. Ellas, las rosas
fueron palideciendo poco a poco:
¡rosas! como mujeres caprichosas,
se enamoraron de un ensueño loco...

Y tenian inmensos devaneos;
soñaban con el campo y el rocio
y a coro salmodiaban sus deseos,
hasta que un dìa càlido y doliente
sobre el piano tambièn muerto de hastiò
se deshojaron silenciosamente.

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