martes, 25 de diciembre de 2012

ARTURO TORRES RIOSECO/ CIELO DE LA GAVIOTA

Esta triste gaviota desolada,
sonora de silencios y de viajes,
nieve de espumas y oro de oleajes,
prodigiosa de fuegos coronada,

vuela como una niña atormentada
entre claros cristales y mirajes,
tristeza congelada en los paisajes,
de alguna playa ausente y destrozada.

Vuela con una languidez de pluma,
ave de estrella, corsa de la espuma
al sonoro cristal perlas tirando.

Y sin violar la espuma ni la estrella
breve ceniza de recuerdo es ella
que en aire desnudo va flotando

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