jueves, 27 de diciembre de 2012

RICARDO HURTADO/ PADRE

Padre,
Ayer,fueron mis hijas
a dejarte unas flores.
Te llevaron claveles,
esos claveles rojos que tù amabas
y que siguen sangrando en tus poemas.
Sin ritos,
sin liturgia,
colocaron su ofrenda con ternura
y miraron la fosa,
largamente,
como buscàndote.
El gato viejo y amarillo
del sol,
se arrastraba
perezoso entre las tumbas.
Abajo,
el mar rompìa su cristal
contra las escolleras,
entre espuma y gaviotas.
Regresaremos contigo,
sin tu ausencia.

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