Tu muerte me ha sido prohibida
y sin embargo rebana mis costados
roe mis uñas con ansiedad
y como naranjas verdes de podridas
se mete ala fuerza
en mis cuencas de hueso cansado.
La pasta de dientes tiene olor
al lamento a menta de la muerte
y entre mis pelos crece huyendo de mì
mi pobre cuerpo serenado;
la simple torta de cumpleaños
pregunta por este aroma de frutillas muertas
que impera en mi lengua contraìda.
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