Ella entró en un carro
adornado por cruces flores y ropajes
sacrificó a un gran toro
asustada corrí a esconder mi cara
El aplauso unánime del público
hizo sangrar mis oídos
Debajo del miedo que me daba el triunfo
guardé su corona
con «Sangre y Arena»
Me convertí en estatua
ojos al horizonte
húmedos y fríos
TRIUNFO
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