domingo, 31 de marzo de 2013

VANESSA MARTÍNEZ/ CANTO 1



Soy una más
en la noche portuaria y su faldón de luces
adherida a este suelo con raíces de piel viva
bajo silente vigilia del peñón de gloria y luto
cuerpo de piedra fisurado por cavernas
bajel varado sin beso del oleaje
alcor con mascarón de proa arrebatado
por demencia de un tritón en la salida
del mar bravío en otras eras.

Nacida lejos abandoné lago y volcán
mitologías y deidades ancestrales
y vine con los pies desnudos a calzar huellas
de silentes mujeres de ojos amarillos
para crecer entre gaviotas y alevines
ungida en salobres cauces de algas
Me acogí al arenal de este poblado antiguo
nuncio de mis abuelas, ojos de sol tardío
olor a lavanda en su trisar de golondrinas.
dadoras del flujo púrpura a pujantes dinastías
templarias de ropón oscuro, miradas de ámbar
y aires de garza altiva por elegancias
en mantillas de níveo cendal al cuello

Es una más dijo mi madre con potestad
y sonó a oro su voz desde esa piel de nácar
validez al redondel de mudas observancias
sellador de pactos de luz con la mañana.
Con espejos en las palmas y un caldero de arcanos
en ritual de cintas y manos de plata sin cadenas
me ataron sus dedos de cacto si castigo,
suspiro azul y lirio de algodón si homenaje
Por resolver acertijos de las salamandras
gané un espacio en su estambrar de bugambilias

Si hay tristeza en el marrón de mis contemplaciones
por urgencias del rumor de nieve y lluvia,
por apremios del estallido oral de un solo trueno
por nostagias no dichas al soberbio ande
el mar piadoso me dio su voz de jade en caracolas
un galopar de oceánides en hipocampos,
y el eterno galantear de su espumaje

Desde el mirador de todas las historias
soy fugaz presencia que respira el aire
de esta ciudad que no meció mis lloros
ni me dio sal y lechada de sus pechos.
Como una más de todo el migrante pajarío
¡Yo la siento mía porque me acunó, crecida!

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