II
El ojo de Sade o la lectura
Cuando el ojo èse jactandose de la diferencia arrecia
sobre los campos su aprobio
nos vemos en esa mefistofèlica pupila
pupila que nos acusa de su acto
permitimos la carcajada inmisericorde
cordura que nos tima
imàn que nuestros tintes
en abertura agota
aventura que del reloj rehuye
para entregarnos a la miseria
aceptar que no hay aire que nos daña
que se corre irritando la textura
està que usted mira ignorante
aledado
cuando me comienzo a descuajeringar
encima de sus narices
sobre sus pies despavoridos
ante esta rasgadura mi grito
cercenado por sus manos.
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