Mientras me hundo más allá de mis huesos.
Más acá no supe nunca de la noche.
Toqué a una madre y en mi boca no queda más
que su nostalgia.
Toqué mis manos - acaso las verdaderas -
y en otra boca aún vive mi nombre.
Me ha rozado un Dios.
Porqué a este mordisco lo acompaña
una música mientras busco
el corazón impalpado.
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