martes, 9 de abril de 2013

YENNY PAREDES/ EL LIRIO Y EL ESPANTO



I

Hay un olor a estiércol y amapola en el ambiente.
Los maniquíes vestidos de novia
se frotan contra los escaparates
Como si algo buscaran los obreros
continúan levantando la costra de las calles
Alguien dijo que este día sería
frágil como la muerte
Por la ventana pasan sólo las sombras
de pájaros que nunca imaginaremos.


II

Enrojecen los semáforos.
Un niño pasa corriendo
con un remolino entre las manos
Hay máscaras colgando del tendido eléctrico
Yo he visto humedecerse los ojos de la calle
En el hospital hay sábanas azules
flameando hacia la muerte
Una cama vacía
se despierta reclamando cuerpos.


III

Se empañan por dentro las vitrinas.
Un esqueleto pasa conduciendo un automóvil
Nos queda apenas
el grito de un lirio cortado en el bolsillo
El camión de la basura recolecta territorios
triciclos oxidados dentaduras postizas
Alguien me quiebra brazos y piernas
Enrojecen los semáforos.


IV

Un vago permanece incrustado en la vereda
barajando entre sus dedos los rostros que pasan
Yo lo mantengo enhebrado a mi retina
como un pez silencioso y terrestre
Estoy viendo humedecerse los ojos de la calle
mientras las palas mecánicas se acercan
Hay un olor a estiércol y amapola en el ambiente.

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