martes, 9 de abril de 2013

SANTIAGO AZAR/ EL JUICIO ES DE LOS MUERTOS


Porque aunque hubiese sido sólo uno:
el vientre abierto en los dominios del corvo miserable,
el muchacho caído al océano inmundo
lanzado desde el avión de los infiernos.
Aunque hubiese sido una la mujer borrada en los cuarteles
o uno el pecho que no habitó en la boca del infante.
Aunque hubiese habido el solo grito en el eco de los cielos,
en la búsqueda del padre recitando memorias de sangre,
aunque no hubieren desaparecido mil o un millón,
sino nada más que uno de aquellos nombres,
de todas maneras aquél o aquélla
desde la incierta oscuridad de un día gris
habrían reclamado uno por uno
sus propios huesos que tanto les pertenecían
igualmente habrían arribado desde sus rostros destrozados
pidiéndome que cantara, que dijera sus apellidos,
igual habrían secuestrado a la alegría
porque fue de ellos muchas veces,
de esta forma, seguro cortarían la cara al olvido
dejándolo marcado por toda su existencia.
Todo esto, porque el juicio les pertenece
porque mañana nos pasarán la cuenta de las heridas
y no tendremos con qué vidas pagar estos silencios
y quedaremos tan endeudados con sus esqueletos
que los hijos empeñarán nuestras sucias almas
para que así se pague centavo por centavo
el perdón que nunca merecimos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario