Desprende ventisca o errante molino
cien, cien un gritos
imberbes olientes a canelo
a bien maduro pegüen.
Casus belli, don Alonso, no hay tal proeza
en a cuestas cargar un tronco,
mas, cierto y omnipotente es el momento
de la alquimia.
A coram populo
veíanse yertos padecientes
enfrentados a blancos ídolos tallados quejantes
extraños adoloridos en cera.
Los atraganta fulgentes inmortales
lumbrar gentes nuevas
rojos niños sucios e ignorantes
hincaos ante vuesa merced
casi desnudos
aprendiendo
india hideputa
a fonetizar extraños alaridos.
A voz del germen
los castran azotan los vuelven
a la tierra.
Finis coronat opus dei.
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