El hombre con su pelvis castigada y su mente de molde;
sus absurdas poesias industriales
y su ridiculo pudor.
El hombre metàlico,
con su tinta mentirosa
y su sensibilidad dizque amorosa.
Ess soy yo,
el hombre que ya no es;
con su làpiz atornillado
al orgullo de una obra disparatada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario