Nadie dijo “Hágase la Palabra”
pero la Palabra se hizo:
una criatura suave,
una bestia de luz y veneno.
Bajó hacia el poeta
hirió su lengua con arena caliente
abrió sus manos con mordidas furiosas,
y el poeta desamparado, en la noche,
se guardó en el aliento de esta fiera
y la vio hermosa, helada
dormida en su sueño feroz.
Entonces, el poeta, ardió en un galope generoso
en un incendio de espejos
y en medio del delirio dijo:
“Hágase la Escritura”
y la Escritura se hizo.
pero la Palabra se hizo:
una criatura suave,
una bestia de luz y veneno.
Bajó hacia el poeta
hirió su lengua con arena caliente
abrió sus manos con mordidas furiosas,
y el poeta desamparado, en la noche,
se guardó en el aliento de esta fiera
y la vio hermosa, helada
dormida en su sueño feroz.
Entonces, el poeta, ardió en un galope generoso
en un incendio de espejos
y en medio del delirio dijo:
“Hágase la Escritura”
y la Escritura se hizo.
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