Aquí el amigo tiene la virtud de desaparecer.
Dice que viene de una generación de gente así.
Va de tumbo en tumbo,
toca puertas,
cae,
grita, se levanta
(tiene, sin embargo, una paciencia más fuerte que la raíz de un roble).
La invisibilidad le vino a cuajarones,
con súbita violencia,
a mansalva.
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