a C. A..
en todas mis fronteras
Ni tú
Ni tus heterónimos
Ni tu lengua suelta
sometida a la humedad
Son los cincuenta furiosos
que incendian los mares australes,
un código fúnebre en los labios de la última selknam
Es esta inclinación por la ruta rebelde,
por la carta sin rumbo
por tus cuatro flores
disparando en mis infinitos puntos cardinales
Son los sesenta aulladores
corrompidos de naufragios y soledades
Doce juramentos olvidados al fondo del mar
Apuesto entonces mi corazón
a tu más encabritada latitud
descendiendo tormentosa
por mi brújula incontenible
Ni tus islas, ni tus círculos de luz
ni tus sirenas
Sucede tan sólo que busco tu sol
en mi horizonte
Entrego al destino el ajuste del sextante
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